ARGENTINA
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El candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, será el presidente de Argentina al haber obtenido el 55,89 % de los votos, con el 91,81 % de las mesas escrutadas, derrotando así al oficialista Sergio Massa, quien sumó el 44,10 % de los votos, según trascendió este domingo.
Aunque en Argentina los datos oficiales sólo pueden divulgarse a partir de las 21.00 horas (00.00 GMT), la reunión de los datos representativos antes de lo previsto llevó al secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, a hablar con las autoridades de la Cámara Nacional Electoral y alterar el protocolo que estaba previsto.
Los datos fueron transmitidos poco antes de las 20.30 (23.30 GMT), después de que Massa reconociera la derrota: «Hoy termina una etapa en mi vida política», afirmó el político peronista, quien, como ministro de Economía, deberá afrontar ahora el manejo de la pieza más delicada de la transición con el nuevo Gobierno.
Según lo escrutado, 13.471.456 votantes apoyaron a Milei, mientras que 10.644.709 respaldaron al ministro de Economía.
Unos 35,8 millones de personas argentinas estaban convocadas para elegir presidente y vicepresidente en el segundo balotaje de la historia, después del celebrado en 2015, cuando el centroderechista Mauricio Macri se alzara con la victoria sobre el peronista Daniel Scioli para su Gobierno 2015-2019.
Además, en 2003, los peronistas Carlos Menem y Néstor Kirchner debieron disputar una segunda vuelta, ya que ninguno de ellos obtuvo el porcentaje suficiente para ganar en primera ─un 45 % o un mínimo de 40 % y 10 puntos porcentuales sobre el siguiente líder más votado─. Sin embargo, Menem, que había sido presidente entre 1989 y 1999, se retiró. Eso hizo que el hasta ese momento gobernador de Santa Cruz asumiera la jefatura del Estado argentino para el período 2003-2007.
La jornada electoral de este domingo registró un 76,37 % de participación, la segunda más baja de la historia después del 76,2 % de 2007, cuando ganó la peronista izquierdista Cristina Fernández, dando inicio así al primero de sus dos mandatos (2007-2011 y 2011-2015).
Las cifras son impactantes: en lo que va de año, el aumento del costo de la vida en Argentina ha sido del 142,7 por ciento con relación a 2022, según cálculos actuales del Instituto Nacional de Estadística (INDEC). Las estadísticas de pobreza de la Universidad Católica (UCA), considerada políticamente independiente, mostraron una tasa de pobreza del 38,9 por ciento en septiembre.
Para Javier Milei, candidato de La Libertad Avanza ahora presidente electo, una alianza opositora conservadora-libertaria, estas cifras justifican su programa. «Los que nos han llevado a estas tasas de inflación y a esta pobreza nos están asustando», dijo Milei durante la contienda electoral en Rosario, aludiendo a las acusaciones de que lleva a cabo una campaña del miedo.
Sus adversarios lo describen como un ultraderechista que pone en peligro la democracia en Argentina por atentar contra los derechos fundamentales: «Queremos desmontar privilegios, no derechos», afirma Milei, que se ve a sí mismo como un luchador por la República y contra el populismo.
Milei es partidario de un liberalismo de mercado radical y quiere sustituir el peso argentino por el dólar. Quiere reducir significativamente el aparato estatal, abolir leyes y regulaciones para la economía y privatizar los servicios estatales.
Milei está convencido de que esto conducirá a un crecimiento económico que levantará al país y reducirá significativamente la pobreza. Su formación también ha hecho propuestas muy controvertidas sobre el comercio de órganos y la «privatización» de los océanos.
Lo que desata la euforia entre los partidarios de Milei causa horror entre sus críticos. Sergio Massa, actual ministro de Economía y Hacienda del desafortunado presidente Alberto Fernández, quiere impulsar la economía con otras medidas.
Además de la reducción de impuestos sobre la base de un acuerdo aún por negociar, la generación de superávit fiscal y comercial y la creación de reservas para pagar al FMI, también pretende revisar el programa con el Fondo Monetario Internacional, muy controvertido en Argentina.
Argentina tiene mucho que ofrecer al resto del mundo, pero aún no ha sabido aprovecharlo en beneficio de toda la población. Entre otras cosas, dispone de grandes yacimientos de litio, clave para la transición hacia la movilidad.
También posee yacimientos de petróleo frente a la costa, que se están liberando para su extracción a pesar de las protestas de ecologistas, ricos yacimientos de gas, potencial para la producción de hidrógeno verde, un sector agrícola que funciona y una población joven y en gran medida bien formada.
«El mayor desafío para el próximo gobierno en materia económica es elaborar un plan de estabilización inicial y luego impulsar en el Congreso una serie de reformas estructurales de gran calado para cambiar fundamentalmente el sistema económico», dice Agustín Etchebarne, director de la Fundación Libertad y Progreso de Buenos Aires, a DW. Etchebarne representa a un grupo de expertos económicos favorables a las propuestas de cambios estructurales.
Pero una carta abierta de 100 renombrados economistas internacionales, entre ellos el francés Thomas Piketty, la india Jayati Ghosh y el exministro de Hacienda de Colombia José Antonio Ocampo causó revuelo recientemente. Los expertos advierten que las propuestas de Milei están «llenas de riesgos que las hacen potencialmente muy perjudiciales para la economía y el pueblo argentinos». Este domingo, 35 millones de votantes argentinos podrán decidir el rumbo de la economía de su país.
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