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Los bancos de la zona euro deberían tener en cuenta el riesgo de una nueva caída de los precios inmobiliarios cuando hagan provisiones y planes sobre su capital, dijo el martes el jefe del consejo de supervisión del Banco Central Europeo, Andrea Enria.
El mercado inmobiliario europeo está sufriendo el impacto de la racha más larga y pronunciada de subidas de los tipos de interés del BCE, que ha llevado el coste del dinero en la región a máximos históricos desde la creación del euro.
En un contexto de caída de los precios inmobiliarios en varios países, sobre todo en Alemania, donde se había producido un «boom» durante la última década de bajos tipos de interés, Enria dijo a los bancos que se preparen para más dificultades.
«El actual entorno de tipos de interés más altos podría ejercer una mayor presión a la baja sobre los precios de las oficinas y la vivienda, lo que dificultaría el pago de la deuda de los propietarios de inmuebles comerciales y de los hogares», declaró Enria ante el Parlamento Europeo.
«Los bancos deberían tener en cuenta estos riesgos en sus prácticas de dotación de provisiones y planificación de capital».
Como máximo supervisor bancario de la eurozona, el BCE fija los requisitos de capital de los bancos, y con frecuencia presiona a las entidades en materia de planes de pago de dividendos o recompra de acciones.
Impulsados por los bajos tipos de interés y las masivas inyecciones de liquidez del BCE, en la última década se inyectaron miles de millones en el sector inmobiliario, sobre todo en los países europeos más ricos, como Alemania, Francia y los Países Bajos.
El repentino aumento de la inflación en los dos últimos años ha obligado al BCE a cerrar el grifo y poner fin a la carrera de los precios inmobiliarios, abocando a muchas promotoras a la insolvencia al agotarse la financiación bancaria, congelarse las operaciones y caer los precios.
Los bancos de la eurozona han frenado el acceso al crédito, sobre todo al hipotecario, y la demanda de hogares y empresas también está cayendo, según muestran los datos del BCE.
El italiano Enria dejará la presidencia del Consejo Único de Supervisión del BCE a finales de año, cuando será sustituido por la alemana Claudia Buch.
También Europa introduce cambios en el sistema de publicidad comercial y política.
A través del «microtargeting» o microsegmentación se envía publicidad personalizada a grupos específicos, por ejemplo, a votantes. Para ello, se recopilan y evalúan datos de personas, también procedentes de plataformas de redes sociales.
Barack Obama habría utilizado este tipo de comunicación política en su campaña electoral de 2008. Esta práctica se hizo famosa sobre todo por la agencia Cambridge Analytica. Dicha empresa, que trabajó entre otros para el equipo de campaña electoral de Donald Trump, habría poseído ilegalmente datos de millones de usuarios de Facebook.
Este tipo de publicidad política ya no será quizá posible en el futuro debido a una nueva ley. El lunes el Consejo y el Parlamento de la Unión Europea (UE) acordaron crear dicha nueva ley, que todavía debe ser votada formalmente. Esta estipula que los datos de la persona en cuestión sólo podrán recopilarse si ha dado su consentimiento expreso para su uso con fines publicitarios políticos.
Por otra parte, ciertos datos que permitan sacar conclusiones sobre el origen étnico y la orientación política o sexual deberán excluirse por completo, como se explica en el comunicado de prensa del Consejo y del Parlamento de la UE.
Sin embargo, Martin Emmer, profesor de ciencias de la comunicación en la Universidad Libre de Berlín, no cree que este sea el fin del «microtargeting». Para los partidos políticos, este es un medio importante para llegar a los votantes en las redes sociales.
El experto en comunicación cree que las normas tratan principalmente de prevenir procesos de influencia subliminal. Por ejemplo, aquellos en los que las personas «reciben mensajes tan adaptados a su situación vital que ya no se puede percibir ninguna ideología de partido (en los mensajes)», explicó Emmer en una entrevista con DW.
La publicidad política tendría que etiquetarse claramente como tal en el futuro. Las nuevas normas también deberían permitir obtener información sobre quién está detrás de los anuncios. Además, está previsto crear a mediano plazo un archivo de publicidad política de acceso público.
En el futuro debería reducirse la influencia de los Estados no pertenecientes a la Unión Europea en las elecciones en la UE. Según un comunicado de prensa del Parlamento de la UE, en los tres meses previos a una elección o referéndum debería prohibirse financiar propaganda electoral desde terceros países. Estas nuevas normas, explicó el ponente Sandro Gozi, del grupo liberal Renovar Europa, complicarían a los actores extranjeros difundir información errónea e intervenir en los procesos democráticos.
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